Nombrado por si mismo Rey de la moda a través de su libro de memorias publicado en 1930 y más tarde por el Met en la exposición que le dedicó en 2007, Paul Poiret fue el diseñador que revolucionó la moda de principios de el siglo XX.
¿Quién fue Paul Poiret?
Paul Poiret nació en Abril de 1879 en París, Francia, en el seno de una familia humilde. Su padre comerciante de telas, lo envió a un taller de paraguas a aprender una profesión. Lo que él no sabía es que allí aprendería la técnica y daría sus primeros pasos en el diseño gracias a los retales de telas. Retales que utilizaría para diseñar trajes para las muñecas de su hermana.
Con tan solo 17 años se adentraría por fin en el mundo de la moda, donde tendría una carrera de éxito fulgurante que también bajaría tan rápido como creció.
Durante la I Guerra Mundial fue llamado a filas, como otros tantos creadores. Pero no entraría en combate, si no que diseñaría los trajes del ejército. Al fin de la Guerra Poiret estaba arruinado, su firma en 1919 estaba en bancarrota de la que nunca consiguió levantar cabeza.
Vivió en la ruina hasta su muerte, dicen que la única que lo ayudó fue su amiga y compañera de profesión Elsa Schiaparelli. La misma que pagó su entierro en abril de 1944.
¿Cómo empezó en el mundo de la moda?
Tras su paso por el taller de paraguas, su carisma y talento lo llevó a introducirse en los círculos más exclusivos de la Belle Epóque parisina. En 1989 comenzó a trabajar, al principio como asistente, y después como jefe del departamento de sastrería para Jacques Doucet. Aquí crearía su primera gran prenda, una capa envolvente roja que conseguiría el récord de ventas de la época.
En 1903 fundó su propio taller en el número 5 de Rue Auber de París. Mujeres de la élite económica e intelectual deseaban sus delicados vestidos en forma de quimono. Sus famosas fiestas, con grandes puestas en escena, eran perfectas para dar a sus productos, como sus perfumes.
¿Qué aportó al mundo de la moda?
Aunque no fue capaz de adaptarse a los cambios que demandaba la moda de la sociedad de los años treinta, es considerado uno de los modistos (en el sentido moderno de la palabra) más importantes de la historia. A él le debemos la liberación de la mujer, fue quien las despojó de los corsés y las ballenas que las oprimían. También fue el responsable de una de la grandes osadías de la época, sus modelos dejaban ver parte de la pierna.
Paul Poiret apostó por prendas que no se ceñían a la cintura, y en las que apenas había cortes. Los vestidos se confecionaban de forma envolvente y sofisticada.
Los zapatos que Poiret creaba también estaban bajo el mismo patrón de sus diseños. Las lentejuelas, bordados y el barroquismo eran una máxima de sus zapatos aunque apostando por un tacón ancho y bajo.
Poiret era un hombre con una gran visión de futuro y creó diferentes líneas que no solo se quedaron en la ropa. Sería uno de los primeros en crear su línea cosmética (Rosine) y una de hogar (Martina) que recibirían el nombre de sus hijas. Su visión de futuro era tan grande que sería el primer creador europeo en hacer negocios con Estados Unidos.
Piezas clave y ADN
Si hay algo que definió a este diseñador fue sin duda la eliminación del corsé, y los vestidos que oprimían a la mujer. Los vestidos no ceñidos a la cintura fueron una de la piezas clave de su legado.
Los vestidos estilo quimono fueron otra de la grandes piezas clave que adoraban sus clienta de la alta sociedad.
Y fue el creador de la falda pantalón, algo que llegó a censurar el mismo Papa Pío XI.
Para saber más
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- King of fashion. Autobiografía, disponible en Amazon.
- MET. Aquí podéis ver parte de su colección.
Esto ha sido todo por hoy. Si tenéis más información interesante que compartir, adelante, os leemos.
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¡Feliz miércoles!