Hace dos semanas nos fuimos a La Rioja a conocer las bodegas de Fernández de Piérola. Los que me seguís en las redes sociales lo pudisteis ver por Stories, y si no lo tenéis en destacados «Viajes». Algunos de sus vinos los tenemos en el bar El Muelle, de donde llevo sus redes sociales. Aprovecho para deciros que ya tenemos instagram y podéis seguirnos como @barelmuelletapia.
Pero a lo que íbamos, nos fuimos hasta Logroño, para luego cruzar a la Rioja Alavesa, concretamente a Moreda de Álava, donde están las bodegas de Fernández de Piérola. Estas bodegas nacen en 1996 como bodegas familiares con el objetivo conseguir vinos de calidad y de distinguirse entre los caldos riojanos.
Las bodegas de F. de Piérola se abastecen ellas solas a través de energía eólica, gracias a que están en un enclave único de las tres regiones. Cuenta con un micro-clima perfecto para el vino.
Después de un paseo por los viñedos nos adentramos en las bodegas para empezar la visita y catar algunos vinos.
El primero que catamos fue el BS un vino semi seco. Una vez entramos en las entrañas de las bodegas, directamente desde el depósito catamos el tempranillo blanco. Esta variedad nació en 1988, fruto de una mutación espontánea natural. Es un vino expresivo, aromático, más frutal que floral. Tiene notas de piña colada, melocotón o albaricoque. El sabor dura en boca. Las uvas para elaborar este vio son del año. Es un vino seco que tiene menos de un gramo de azúcares residuales.
La visita siguió por la zona donde tienen las barricas con vinos tintos pero también tienen un blanco fermentado en barrica. En esta zona cuentan con una sala como pequeño museo donde se explica todo el proceso del vino, los diferentes aromas, los tipos de corcho…
Después de esto nos invitaron a comer, donde pudimos catar todos los vinos de la bodega, incluso el Traslascuestas, que es de las bodegas de Ribera del Duero que tiene el grupo Piérola.
Este fue el menú que tomamos mientras catábamos los vinos de la bodega. Empezamos con el blanco fementado en barrica y luego el tempranillo blanco. Después pasamos a los tintos donde catamos el Crianza, Reserva y por último un Ribera del Duero.
Y hasta aquí nuestra visita a las bodegas. Si queréis probar alguno de sus vinos no dudéis en pedirlos en el bar El Muelle, Tapia de Casariego.